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Hola chic@s, que tal os va!!!


Antes que nada y como veréis que es mi costumbre hablaré un poco de la historia de  cómo se emplearon las arcillas y como fueron conociéndose y evolucionando sus usos. Podemos leer en infinidad de libros y documentos antiguos e incluso en resientes investigaciones que por ejemplo los médicos egipcios desde sus inicios, ya utilizaban estas tierras medicinales contra las inflamaciones, y aplicaban los fangos calientes del Nilo para tratar dolencias y deformaciones reumáticas. Estos tratamientos y procedimientos tomaron tal repercusión que personajes como: Avicena, Dioscórides, Galeno, Gandhi, entre otros, también comenzaron a preconizar las arcillas en sus tratamientos terapéuticos. En Grecia, el célebre Hipócrates no la desdeñaba como remedio, bien para curar o aliviar el dolor, también Plinio "el viejo" dedicó un capítulo de su obra La Historia Natural para hablar de la arcilla y sus propiedades y usos.-
Otro personaje célebre fue el abad Sebastián Kneipp, sacerdote y médico naturista alemán que sucumbió ante la maravilla de esta materia y que impulso e hizo mas renombre de la misma quien, en el siglo XIX, la utilizo  primero en caballos y luego viendo los sorprendentes resultados en personas. En Europa, tuvo fieles seguidores, entre los más destacados figuran Luis Khüne, Adolfo Just, Julious Stumpf en Alemania y Dextreit, en Francia.

Las diferentes clases o tipos de arcilla tienen matices que hacen que cada una sea más apropiada para unas u otras indicaciones cosméticas o medicinales. La arcilla puede ser roja, marrón, blanca, rosa, verde, azul, gris y negra. Los colores vienen determinados por las características químicas del terreno de extracción. 

¿Qué nos aportan las arcillas? 

Las arcillas estimulan la eliminación de agentes tóxicos. Una de las muchas aplicaciones de las arcillas, es ayudarnos a tener una piel limpia y saludable. Estas se componen principalmente de silicatos de aluminio mezclados con óxido de hierro, carbonato cálcico y magnesio. El silicato de aluminio favorece la regeneración tisular y por ello se utiliza para mejorar las cicatrizaciones, al permitir cerrar más rápidamente las heridas y úlceras.


Las propiedades curativas de la arcilla son: 

Regenerativas y exfoliantes por su acción sobre la capa córnea (epidermis), que favorece la absorción de los productos cosméticos que se aplicarán posteriormente.
Depura la piel de las impurezas acumuladas en la superficie, la reoxigena, la tonifica y normaliza su textura además de  refrescar y descongestionar.  Son purificadoras por su alto contenido en minerales, ayudan a absorber una parte del edema (retención de líquidos) del tejido graso, generador de celulítis, potencian el efecto de drenaje linfático manual.Son cicatrizantes, absorbentes, calmantes y antibióticas. Poseen además acción despigmentante por sus componentes que degradan las moléculas de melanina y hemoglobina que pueden favorecer la aparición de manchas. Es una ayuda importante en la reabsorción de los hematomas y aclara las manchas hipercrómicas debido a la acción del sodio, el potasio y el azufre que contienen. No olvidemos que el silicio, es un mineral que reestructura los tejidos conjuntivos y lucha particularmente contra la piel de naranja, la fibrosis y la esclerosis de los tejidos adiposos.
El uso común es en cataplasmas y mascarillas, y también en pequeñísimas cantidades administrada por vía oral.

Elaboración de la mascarilla

Se prepara en un bol de madera o cristal. En función de la zona de aplicación haremos mayor o menor mezcla, así entonces para el rostro pondremos 3 cucharadas de arcilla en polvo y una y media de agua o poco más que mezclaremos con una espátula de madera o plástico hasta conseguir una mezcla cremosa. Después extenderemos con ayuda de la espátula o brocha, sobre el rostro y dejaremos reposar hasta que se haya secado. Aclararemos con agua tibia dos veces y por último con agua fría para cerrar los poros, la piel quedará más suave, lisa y uniforme, ya que la arcilla elimina la capa superficial de células muertas de la piel y la provee de sales minerales y oligoelementos.
Según el tipo de piel, es posible añadir otros ingredientes; como por ejemplo: con el yogur natural, la máscara atenúa las arrugas; con zumo de zanahorias alarga el bronceado; y con la yema de huevo y el zumo de pepino, es hidratante y nutritiva.

Arcilla Verde

Su color es debido a los óxidos de hierro ferroso y de magnesio. Es muy rica en oligoelementos. Tiene una gran capacidad de absorción, regulando el exceso de grasa, y es altamente purificante, por lo que está particularmente indicada para pieles grasas y mixtas, también podemos utilizarla para tratar lesiones, dolencias e inflamaciones.



¿Dónde adquirir las arcillas?
 
Estas arcillas con fines medicinales o cosméticos, las podemos adquirir en herbolarios, tiendas de productos naturales, farmacias y en algunos centros de estética. Se suelen vender en su forma natural (polvo para mezclar con agua) pero también en tubos o frascos (el barro o arcilla ya listo para utilizar). Algunos tipos de arcilla, como la arcilla blanca, también se pueden encontrar en forma de cápsula o comprimido (para uso interno).

Consejo: siempre que preparéis las mascarillas es mejor hacerlo con agua mineral y no con agua del grifo, ya que estas aguas suelen ser muy calcáreas y están muy tratadas, es decir, contienen mucha cal, lejías y otros activos tratantes para que sea potable, estos se nos quedan en la piel y podemos provocar el efecto contrarío al que deseamos, más aún cuando tenemos la piel sensible, reactiva, irritada o con pápulas y/o pústulas.
  • Pápulas: Es una lesión (grano o espinilla) en la piel de color rojiza y con elevación que no contiene pus.
  • Pústula: Es la pápula acompañada ya de pus. 
Por el momento os dejo con esta información para no hacerlo tan largo, así que os prometo poneros el resto de arcillas que normalmente se utilizan en post siguientes, un abrazo grande y muchas buenas energías.